PROPIEDAD INTELECTUAL. ARQUITECTURA.
Paso
últimamente por una crisis en mi relación con Facebook. Entre lo banal y
la publicidad cada vez apetece menos la gran red social. Probablemente sean o
seamos muchos los que intentamos cubrir con Twitter una relación social en la
red con un poco más de enjundia. Lo cual, en mi caso, no termina tampoco de
cuajar.
No
obstante, ésta semana he recuperado un par de contactos interesantes a través
de Facebook y también he recibido material que me da que pensar. Seguiré mirando,
comentando, participando.
El caso
es que hace un ratito veo una foto bonita compartida por un buen amigo:
Esta foto me remite a
un proyecto de un amigo y compañero en Arquitectura en Alicante:
... y
comento, en caliente (desde el móvil sin tildes ni nada, como se hacen estas
cosas):
“Es una gran idea. Pero es un plagio y un
aprovechamiento intelectual. Rafael Legidos Ibáñez y su
equipo desarrollaron esta idea y la corporación Sony les premio por ello. Sony
empleo el proyecto en la promoción de la Nex, una gran cámara de fotos. No
conozco otro uso legítimo, y se han hecho muchos. Enhorabuena a Rafa y su
equipo”
Bien. No
quedo del todo contento y pienso que el tema da más de sí. La propiedad
intelectual de los artistas no plásticos está en camino de resultar eficazmente
protegida, lo cual es bueno. Sin embargo quedan los artistas plásticos y los
artistas de lo intangible, también quedan los diseñadores. En tanto que me
siento más próximo a éstos, a los diseñadores planteo:
¿qué protege
un diseño y su propiedad intelectual?
Y
respondo a su vez: una patente.
No sé si
el diseño en cuestión ha sido patentado (entiendo que no), me consta que Sony
(que lo ha usado comercialmente) ha correspondido a los diseñadores de manera
justa. Pero el diseño se ha copiado con más o menos acierto en Getafe (se
cayeron), Águeda (Portugal) y Fuzhou (China). En todos los casos sin citar a
los autores iniciales (al menos que yo sepa), en todos los casos con
repercusión mediática y beneficios tangibles o intangibles para las poblaciones
que lo han empleado.
Claro,
desde el punto de vista de los diseñadores no hay batalla que librar ni
beneficio económico que recibir (Sony aparte). Con o sin patente los procesos
judiciales son inasequibles al pequeño diseñador y desproporcionados respecto a
la reclamación económica que se puede hacer.
Pero no
por ello deja de ser injusto. No caigamos en la tentación de decir que es una
ocurrencia, no lo es, es un diseño y tiene autores intelectuales inequívocos.