UN POCO DE BALONCESTO DE VERDAD.


Para un decadente aficionado al baloncesto, como yo, ver que los jugadores buenos ganan campeonatos es un alivio. LeBron James no es mejor jugador de baloncesto que Nowitzki o Kidd, ni lo será en los próximos siglos. Es un atleta fenomenal que juega al baloncesto muy bien por su físico. Wade es mucho mejor porque sabe de baloncesto (que puertas atrás), por eso es el líder del equipo. King James es su escudero.


Es curioso que Steve Kerr haya comparado a James con Pippen y no con Jordan, pero es muy apropiado. James no sabe ganar, lo siento mucho.

Saber de baloncesto. Esto es un intangible que se maneja entre los verdaderos aficionados, es difícil de explicar. Consiste en jugar con los compañeros, con la cabeza, con el engaño, las fintas, los bloqueos, los pases a su tiempo y en su lugar, en ver líneas de pase y evitarlas, en adivinar que piensa el rival.

De eso Kidd sabe un rato, nunca fue rápido, pero penetraba bien porque amenazaba con líneas de pase. Ahora las piernas definitivamente no le dan para buenas penetraciones pero encuentra la virtud que nunca tubo, un muy buen tiro exterior, certero y de ejecución rápida. Ríete tu, ha jugado la final de escolta.

Y Dirk. La leche que tío. Ese puede jugar al baloncesto con sesenta años y una mano a la espalda. Decía Larry Bird que para él (para el Celtic) era un honor que lo comparasen con Dirk. Se pasaba un poco pero la comparación era apropiada porque los dos saben de baloncesto, saben todo el baloncesto.

En fin que me gusta James como me gustaba Shaq, pero que los que de verdad me gustan son los otros, los que sonríen menos y no llevan tatuajes. 

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