PODEMOS VIVIR CON MENOS.

El consumo.
Soy un pecador. Me gustan los coches chulos, los ipads, los chalets, la ropa buena..... Me gusta todo esto tanto como al que más. 
Lo que pasa es que este pecado, tan común, nos estropea la vida. Pero mucho. El consumo no lleva muy lejos el placer que produce. Apenas gozamos una compra una fracción del tiempo que nos lleva el conseguir dinero para hacerla. Si la pagamos después del gozo, conseguir ese dinero se hace entonces agónico.
La actividad económica.
En orden a lo colectivo lo que pasa es que el consumo es el mecanismo de la redistribución de la riqueza a través del mercado,... el mercado. Éste sistema redistribuye del bolsillo de muchos al bolsillo de pocos. En esta distribución de los bienes en una dirección y la riqueza en otra, algunas personas obtienen algo de riqueza o simplemente se ganan la vida.
         El verdadero valor de las cosas.
A veces nos parece que compramos determinados bienes a buen precio (un 32” a 300€….). Lo que pasa es que no estamos pagando todo su valor, el resto de su valor lo pagaremos más tarde en forma de deterioro medioambiental, o lo pagan otros en forma de explotación laboral o lo pagaremos nosotros mismos en forma de otros consumos (dvd, electricidad….)
A veces no caemos en la cuenta de que lo que nos venden es directamente fungible y su usabilidad es limitada, además cuentan con que nos volverán a vender lo mismo el próximo año.
Tampoco reparamos las cosas, cosas que posiblemente sirven con una reparación asequible. Cuando comparamos con lo que vale algo nuevo ligeramente mejorado muchas veces compramos lo nuevo.
 

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